Cuanta pobreza, tantas necesidades en aquel mes de junio de 1993, cuando en el edificio tipo “rancho” que ilustra la imagen, nacía el Ciclo Básico, respondiendo a necesidades de los jóvenes de un barrio también pobre, pero cargado de ilusiones, que junto a directivos y docentes que también soñaban y creían en las utopías, se aferraron a la ilusión de alcanzar en un día no lejano el crecimiento edilicio y el equipamiento que hicieran posible la igualdadde oportunidades para, a través de la teoría y una buena práctica internalizar conocimientos y lograr una formación que les abriera la puerta a un exitoso futuro